Trastorno del control de los impulsos caracterizado por la dificultad recurrente para controlar los impulsos de robar objetos que no son necesarios para el uso personal o por su valor económico; por una sensación de tensión creciente inmediatamente antes de cometer el robo; y bienestar, gratificación o liberación en el momento de cometer el robo. Éste no se comete para expresar cólera o por venganza y no es en respuesta a una idea delirante o a una alucinación, y no se explica por la presencia de un trastorno disocial, un episodio maníaco o un trastorno antisocial de la personalidad.